relajate¡¡

sábado, 21 de febrero de 2009

nada nada

Nada sigo sin salir según mi madre seré un cabezón pero mami se siente con dolorcitos ya para cuando será? Alguien quiere hacer una porra?

jueves, 12 de febrero de 2009

Mama esta muy cansada

Es normal que mami este cansada ya, esta deseando verme, pero piensa que si no salgo es por que no estoy listo todavía, ya pronto será, no os cuento nada mas que me largo a dormir ya¡¡ un beso a todos y tranquilo que ya mismo saldré.

sábado, 7 de febrero de 2009

SUSTOOO SUSTOOOO ¡¡¡

Que susto¡¡¡
Todo comenzó ayer aunque ya debería estar acostumbrada, tiene más miedo que vergüenza mi madre.
Ayer día 6 de febrero mi madre tenia que ir al medico, os acordáis de la matrona que la trato tan mal al principio pues a esa misma.
Cuando llego aunque con el tiempo no se ha portado nada mal a mi madre le habrá quedado secuelas y se sube la tensión cada vez que la ve, siempre se sube y después se baja, menos ayer.
Cuando le tomo la tensión la tenia alta, la mando al enfermero de urgencia y seguía teniéndola alta, la mando a la medica y corriendo buscando mi tía Montse una pastilla apara bajarla, al no encontrar la pastilla la mandaron al hospital.
Y allí, que se presentaron mi madre, mi tía y yo claro¡¡
Pero los resultados de los análisis están bien y todo correcto, en fin cuando llega al hospital le dan a mi madre un valium 5, por que dicen que es emocional, ya se que a mi madre es muy emocional y todo o casi todo le afecta, pero mas cuando se trata de mi, yo ajajá grandote cada día mas, ya pensaban mi tía Montse que la dejarían ingresa, pero mi madre decía que no, eso si, mas hambre que un perrito chico que teníamos todos ajajaja hasta a mi tío José le pidió mi madre un kebbat de hambre que tenia.

Mi tío José esta loco conmigo pero eso ya lo se, ajajaj en fin, ayer no paraba de llamar a mi tía Montse, como esta el asunto, esta bien? mi madre debería de estar acostumbrada a escuchar mi corazón pero no lo esta, no lo esta cada ves que lo escucha se cae la babita ajajaaj ayer se acordó de mi tía Juana, pero mi tía trabaja mucho y no puede estar de medico con mi madre, ayer cuando estaban en el hospital salían los bebes de las cesarías y se lo daban a los familiares, y la madre dentro, mi madre solo sabia decir a mi tía…. a mi hijo no lo dejéis solo¡¡ le vallan a hacer algo a mi niño, no dejarlo por favor.
Y mi tía Montse solo sabia decir; no te preocupes que con la Juana a el niño no le da el aire, mi madre no tiene estabilidad ninguna se va pa los laos, le pesa ya la tripa mucho ajajaja, pero esta deseando de verme de eso no me cabe duda ya esta cansada de no poder hacer nada, ella dice que lo peor es el no poder conducir. Lo lleva muy mal. Bueno bueno os dejo ya que tengo hambre y voy ha comer algo ajajaja.
Mami que estoy bien tranquila, tranquila que ya queda poco para vernos mami.
Kiss my love, y un besin tita Juana, no trabajes tanto que no te llamaran si estas en el teatro ajaja hasta como dice mi tía Montse; que no tenga mi madre los pelitos fuera ajajaj

lunes, 2 de febrero de 2009

Hermanita que no se olviden cuando llegué el bebe.

Hermanita que no se olviden cuando llegué el bebe¡¡¡
Que la del paro... soy yo¡¡ mímame¡¡¡¡

Prepárate para esperar
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En las películas, cuando una mujer se pone de parto suele irse corriendo al hospital. Pero éste no es el caso en la vida real. Una mujer puede estar bastantes horas de parto antes de ir al hospital. De hecho, muchas mujeres prefieren pasar las primeras etapas del parto en su propia casa. Además, muchos hospitales no admitirán a una parturienta hasta que no tenga contracciones regulares o un mínimo de dilatación en el cuello del útero. Durante esta primera etapa del parto intentad hacer cosas que os resulten relajantes: ver la televisión, pasear o simplemente descansar en la cama.

Sé flexible

Es importante hablar con tu pareja, hija o amiga antes del parto sobre qué técnicas de relajación quiere utilizar. Sin embargo, es posible que cuando llegue la hora del parto, cambie de opinión. Por eso, intenta ser flexible y tener presentes sus deseos. Parte del trabajo de un acompañante del parto es saber qué es lo que funciona y lo que no, y cambiar de táctica en el momento en que algo deja de funcionar.

No te ofendas si te rechaza

Dar a luz es un proceso largo y duro y muchas mujeres pasan por él encerrándose dentro de sí mismas. Además es posible que a veces se sientan irritables. Por ejemplo, es posible que a tu HERMANA guste que al principio del parto le des un masaje, pero luego, cuando el parto esté más avanzado, no pueda soportar que la toques. Es importante que entiendas que este comportamiento no es un rechazo, sino una parte natural del proceso de dar a luz.

Trae algunas cosas para ti

Durante el parto, ella va a ser el centro de atención, pero puede que tú también pases una noche en el hospital. Por eso, no te olvides de llevar algunas cosas para ti. Por ejemplo, una muda de ropa limpia, zapatos cómodos y algunas cosas para comer.

Haz preguntas

Los médicos y enfermeras no siempre explican lo que están haciendo y puede resultar estresante verlos preparar un catéter intravenoso o cualquier otra intervención si no sabéis para qué sirve. Pregunta todo lo que sea necesario, tanto si es acerca de procedimientos médicos, como si son cosas que pueden hacer que la parturienta se sienta más cómoda.

Ayúdala a que obtenga lo que quiere

Es importante hablar con antelación de cómo desean que se lleve el parto. Por ejemplo, ¿ha pensado la futura mamá si quiere anestesia epidural, o si va a dar el pecho inmediatamente al recién nacido? Puede que durante el parto no esté en disposición de solicitarlo, por eso es importante que pidas tú lo que sea necesario. Es posible que tengas que insistir en que llamen al anestesista para ponerle la epidural o a su médico, si hay algo que les preocupa. Si quiere amamantar al bebé, asegúrate de que se lo entreguen nada más nacer.

Ayúdala a que se mantenga enfocada y relajada

Sugiérele técnicas para relajarse de aquellas que hayan aprendido en las clases de preparación para el parto u otras de las que hayáis hablado. Por ejemplo, sugiérele que cambie de posición o que use una nueva forma de respiración, o que se enfoque en ti, o en otra cosa, durante las contracciones. Sobre todo, ayúdala si llega al punto en el que piensa que no va a ser capaz de seguir adelante.

Conoce tus limitaciones

En la sala de partos pasan muchas cosas. Debes ser consciente de lo que quieres hacer durante este proceso y de lo que quieres dejarle a los profesionales. Por ejemplo, si te ofrecen cortar el cordón umbilical, pero no te gusta demasiado la idea, debes decirlo con claridad.

Déjale saber que estás allí para ella

Ésta es una de esas situaciones en las que estar allí es casi lo más importante. Aunque las intervenciones del parto las estén llevando a cabo profesionales, tu presencia es esencial. Intenta proyectar una sensación de calma y tranquilidad. Anímala y recuérdale que la quieres. Y sobre todo, estate pendiente de ella. Tendrás tiempo de relajarte después, cuando llegue ese esperado bebé.

Siete razones por las cuales lloran los bebés y consejos sobre cómo calmarlos

Los bebés lloran. No hay manera de evitarlo; es una de las pocas formas que tienen de comunicarse. Dado que tu bebé no puede expresarse con palabras, tal vez te preocupes y te preguntes: "¿Cómo puedo saber lo que quiere?". Puede resultarte difícil al comienzo, pero gran parte de criar a un niño se basa en probar y equivocarse. Pronto aprenderás a adivinar sus necesidades, leer sus señales de aviso y secar sus lágrimas. Aquí encontrarás las razones más comunes por las que lloran los bebés. Si tu pequeño está llorando, consulta la siguiente lista y seguramente encontrarás algo que lo alivie.

¿Cómo puedo saber por qué está llorando mi bebé?

Tiene hambre

Una vez que aprendas a reconocer las señales de que tu bebé tiene hambre (está inquieto, hace ruidos y busca tu pecho si lo coges en brazos) podrás darle de comer antes de que empiece a llorar. Hasta entonces, comprobar si tiene hambre es lo primero que debes hacer cuando llore. Darle de comer podría no calmarlo de inmediato, pero déjalo que coma si es que tiene ganas. Dejará de llorar una vez que su estómago esté lleno.

Necesita que le cambies el pañal

Algunos bebés te dejan saber de inmediato cuando necesitan que les cambien el pañal. Otros no se sienten molestos cuando su pañal está sucio; les resulta cálido y confortable. (Los padres se suelen sorprender cuando cogen a su bebé y se dan cuenta de que ha estado con el pañal sucio sin quejarse.) De cualquier forma, esto es fácil de observar y sencillo de solucionar.

Tiene demasiado frío o demasiado calor

A los recién nacidos les gusta estar abrigados y calentitos. (Como regla general, necesitan tener una prenda de abrigo más de la que tú necesitas para sentirte cómoda.) Por eso si tiene frío, por ejemplo, cuando le quites la ropa para cambiarlo, te dirá llorando que se siente incómodo. Ya verás cómo aprendes muy pronto a cambiarle rápidamente el pañal y volver a vestirlo para que no tenga frío. Ten cuidado de no abrigarlo en exceso, ya que es menos probable que se queje de tener demasiado calor que de tener demasiado frío y tampoco llorará de manera tan enérgica.

Quiere que lo cojas en brazos

Los bebés necesitan muchos mimos. Les gusta ver las caras de sus padres, escuchar sus voces y sentir los latidos de su corazón, y pueden incluso detectar su olor particular (¡especialmente el de la leche de mamá!). Después de darles de comer, hacerlos eructar y cambiarles el pañal, muchos bebés necesitan tan sólo que los tengan en brazos. Quizás te preguntes si lo estás "malcriando" teniéndolo en tus brazos tanto tiempo, pero durante los primeros meses de vida es totalmente aceptable. Los bebés suelen diferenciarse mucho en el tiempo que les gusta estar en brazos. Algunos exigen mucha atención mientras otros pueden pasarse largos periodos de tiempo entreteniéndose solos. Si a tu bebé le gusta que le presten atención, cógelo, llévalo en una mochila delantera portabebés o tenlo a tu lado.

No puede más de cansancio

Aunque por lo general los recién nacidos necesitan mucha atención, puede fácilmente ocurrir que reciban demasiados estímulos y tengan una crisis de llanto. Tal vez notes que tu bebé llora más de lo habitual después de pasar unas vacaciones con muchos miembros de la familia que lo han mimado, o tiene periodos al final del día en los que parece llorar sin ningún motivo. Los recién nacidos tienen dificultades para procesar toda la estimulación que reciben como las luces, el ruido el ser pasado de mano en mano, y pueden sentirse abrumados cuando hay demasiada actividad. El llanto es su forma de expresar que "ya ha sido suficiente por hoy". Esto por lo general sucede cuando tu bebé está cansado. Llévalo a algún lugar tranquilo, consuélalo mientras se desahoga un rato y luego intenta que se duerma.

No se siente bien

Si acabas de darle de comer y has comprobado que está cómodo (puede que esté incómodo por algo tan simple como una etiqueta de la ropa que le esté molestando) pero todavía sigue llorando, tómale la temperatura para estar segura de que no está enfermo. El llanto de un bebé enfermo suele diferenciarse del llanto de un bebé que tiene hambre o no puede hacerse entender, y pronto aprenderás a diferenciar cuándo el llanto de tu bebé "no suena bien" y necesita que lo lleves al pediatra.

Nada de todo lo anterior

Algunas veces es posible que no puedas entender qué le está ocurriendo a tu bebé. Muchos recién nacidos pasan por periodos de nerviosismo durante los cuales no consiguen calmarse. Estos periodos pueden durar desde unos minutos de llanto hasta transformarse en un auténtico cólico. Cólico es el término que se utiliza para explicar el llanto inconsolable de un bebé durante por lo menos tres horas durante el día y como mínimo tres días a la semana. Aunque tu bebé no llore durante todo este tiempo, estos episodios pueden ser difíciles para ti. Si tu bebé sufre cólicos, te ayudarán mucho nuestras 21 estrategias para calmarlo.

No puedo entender por qué está llorando. ¿Qué debo hacer?
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Envuélvelo y acurrúcalo

A los recién nacidos les gusta sentirse tan abrigados y protegidos como lo estaban en el útero, por eso intenta envolver a tu bebé con una mantita, tenerlo junto a ti en la mochila portabebés o sostenerlo contra tu hombro. Pero ten presente que algunos bebés sienten que sus movimientos se vuelven muy restringidos cuando los envuelves o los coges en brazos y responden mejor a otras maneras de calmarlo, como un movimiento rítmico o un chupete.

Deja que escuche sonidos rítmicos

Los bebés están acostumbrados al sonido de los latidos del corazón de la madre; por eso a tu pequeño le encantará que lo pongas contra tu pecho. También puedes hacerlo escuchar música suave, cantarle una canción de cuna o incluso ponerlo cerca del sonido rítmico de una lavadora o el ruido de fondo de una aspiradora.

Ponlo en movimiento

Algunas veces el simple movimiento de llevar a tu bebé de un sitio a otro será suficiente para calmarlo. Otras veces, puede ser útil que lo muevas acompasadamente en una mecedora o un columpio, lo coloques en una sillita vibradora o lo pongas en su asiento de coche encima de la lavadora o de la secadora mientras esté encendida (las vibraciones de estos electrodomésticos pueden hacer que el asiento se mueva lo suficiente como para caerse, por eso, ¡asegúrate de permanecer a su lado mientras lo estés haciendo!). También puedes sacarlo a dar una vuelta en su carrito o cochecito, o llevarlo a dar un paseo en coche.

Dale un masaje

A la mayoría de los bebés les encanta que los toquen, y un masaje podría ser lo que tu bebé necesita para calmarse. No te preocupes si no conoces los movimientos perfectos; mientras que sean suaves y lentos, deberían reconfortarlo. Además, trata de frotarle la espalda o la barriguita. Esto le aliviará si es que está teniendo dolores producidos por gases; éste suele ser el problema en algunos bebés con cólicos.

Déjalo succionar algo

Incluso aunque no tenga hambre, succionar algo puede hacer estabilizar el ritmo cardiaco de un bebé, relajar su estómago y calmar sus agitados brazos y piernas. Dale un chupete o un dedo para que chupe y déjalo que se tranquilice.

Cuídate tú misma

Aunque nunca le ha pasado nada a un bebé por llorar y llorar, una criatura que llora puede resultar muy estresante para los nuevos padres. Además de la falta de sueño permanente puede que te sientas insegura acerca de cómo cuidar a tu bebé. Las mamás deben enfrentarse además a una mezcla de emociones a causa de los cambios hormonales que están atravesando. Por otro lado el papá quizás no esté seguro del papel que tiene dentro de los cuidados del recién nacido o de si alguna vez recuperará la atención de la mamá nuevamente. Si a este escenario se añade un bebé llorando sin parar, es normal que muchos padres se sientan sobrepasados o frustrados.

Si las necesidades de tu bebé ya han sido satisfechas y has tratado de calmarlo pero sigue llorando, es momento de que te ocupes de ti misma para que no te exasperes demasiado:

• Deja a tu bebé en un lugar seguro, como su cuna, y déjalo llorar unos minutos.

• Llama a una amiga o a un familiar y pídele consejo.

• Tómate un tiempo de descanso y pídele a alguien que lo cuide un rato.

• Escucha música tranquila para distraerte.

• Respira hondo varias veces.

• Recuerda que no le pasa nada a tu bebé y que llorar no le hará daño; quizás sólo necesite desahogarse.

• Repítete a ti misma: "Esta fase pasará".

• Hagas lo que hagas, no transmitas tu frustración a tu bebé sacudiéndolo.

Afortunadamente, los bebés (y sus papás) son fuertes y, de alguna manera, logran superar incluso los episodios de llanto más difíciles. No te desanimes y piensa que cuando tu bebé tenga entre 8 y 12 semanas, podrá calmarse más fácilmente y gran parte del llanto cesará.


¿Con qué frecuencia debo bañar a mi bebé?

No es necesario bañar a un recién nacido diariamente. Además, la Academia Española de Pediatría considera que el abuso de jabones, temperatura excesiva, frecuencia o duración de los baños favorecen la sequedad de la piel y en algunos casos, la aparición de dermatitis, especialmente en los bebés prematuros. El consenso general entre los pediatras españoles es que los bebés de pocos meses sólo necesitan bañarse una o dos veces por semana porque, en realidad, no se ensucian mucho hasta que no empiezan a gatear. Sin embargo, tanto a los recién nacidos como a los bebés de pocos meses, hay que lavarles las manos con frecuencia y limpiarles con cuidado el área genital siempre que se les cambie el pañal, así como las axilas y otros pliegues en la piel cuando sea necesario. Sin embargo, es una práctica común en nuestro país bañar a un bebé de pocas semanas a diario y muchos padres usan el baño diario como parte de su rutina nocturna porque tranquiliza a sus bebés. No hay inconveniente con un baño diario, si esto es lo que prefieres, siempre que uses un jabón especial para bebés y no abuses de éstos productos. También puedes bañarlo sólo con agua.

Sin embargo, es mejor no sumergir al bebé por completo en una bañera hasta que se le caiga el cordón umbilical. Durante esos primeros días, puedes limpiarle todo el cuerpo con una esponja muy suave o un pañito húmedo.

El uso de jabones y otros productos está especialmente contraindicado si tu bebé ha nacido prematuro porque su piel todavía no está completamente desarrollada. Consulta con tu pediatra para saber cómo debes cuidar la higiene de tu bebé, si ha nacido antes de tiempo.

¿Dónde debo bañar a mi bebé?

En lugar de usar la bañera para adultos, lo cual exige que te arrodilles y te inclines en una posición muy poco cómoda, además de proporcionarte menos control sobre el bebé, lo mejor mientras el bebé es aún muy pequeño uses una bañerita para bebés que puedes poner sobre una superficie elevada y resistente, como una mesa fuerte o una encimera de la cocina.

¿Cuál es la mejor manera de bañar a mi bebé?

A continuación te explicamos cómo hacerlo y qué necesitarás para facilitar tu tarea. Con un poco de dedicación y cariño, verás que la hora del baño se transformará en una de las actividades que más disfrutarás con tu bebé.

1. Reúne todo los artículos que necesites para el baño.

2. Llena la bañera con 5 ó 7 centímetros de agua templada, pero no caliente, a una temperatura aproximada de 32 grados centígrados.

3. Trae al bebé a donde lo vayas a bañar y desvístelo por completo.

4. Sumerge poco a poco al bebé en el agua, usando una de tus manos para sostener su cuello y cabecita. De vez en cuando, vierte un poco de agua con un vaso o taza de plástico sobre su cuerpo para que no se enfríe. Ten en cuenta que el cuerpecito enjabonado de un bebé es muy resbaladizo, o sea que procura sujetarlo firmemente.

5. Usa muy poco jabón (ya que puede resecarle la piel) y lávale el cuerpo de arriba abajo y de delante hacia atrás usando tu propia mano, una esponja muy suave o un pañito húmedo. Luego lávale el cuero cabelludo de la misma forma y usa una bolita de algodón húmedo, u otro pañito, para limpiarle los ojos y la cara. Lávale de forma normal el área genital del bebé, porque no requiere un lavado más a fondo que el resto. Si en las comisuras de los ojos o en la nariz se le ha acumulado algún moquito o alguna secreción reseca, mójalo varias veces con un poco de algodón o un pañito para que se ablande antes de limpiarlo.

6. Enjuaga completamente al bebé ayudándote de una esponja o un pañito limpio.

7. Envuelve a tu pequeñín en una toalla con capucha y sécalo con suavidad, sin frotarle la piel. Si tiene la piel reseca o tiene un poco de irritación en la zona del pañal, puedes ponerle una loción hidratante para bebés.