relajate¡¡

lunes, 2 de febrero de 2009

Hermanita que no se olviden cuando llegué el bebe.

Hermanita que no se olviden cuando llegué el bebe¡¡¡
Que la del paro... soy yo¡¡ mímame¡¡¡¡

Prepárate para esperar
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En las películas, cuando una mujer se pone de parto suele irse corriendo al hospital. Pero éste no es el caso en la vida real. Una mujer puede estar bastantes horas de parto antes de ir al hospital. De hecho, muchas mujeres prefieren pasar las primeras etapas del parto en su propia casa. Además, muchos hospitales no admitirán a una parturienta hasta que no tenga contracciones regulares o un mínimo de dilatación en el cuello del útero. Durante esta primera etapa del parto intentad hacer cosas que os resulten relajantes: ver la televisión, pasear o simplemente descansar en la cama.

Sé flexible

Es importante hablar con tu pareja, hija o amiga antes del parto sobre qué técnicas de relajación quiere utilizar. Sin embargo, es posible que cuando llegue la hora del parto, cambie de opinión. Por eso, intenta ser flexible y tener presentes sus deseos. Parte del trabajo de un acompañante del parto es saber qué es lo que funciona y lo que no, y cambiar de táctica en el momento en que algo deja de funcionar.

No te ofendas si te rechaza

Dar a luz es un proceso largo y duro y muchas mujeres pasan por él encerrándose dentro de sí mismas. Además es posible que a veces se sientan irritables. Por ejemplo, es posible que a tu HERMANA guste que al principio del parto le des un masaje, pero luego, cuando el parto esté más avanzado, no pueda soportar que la toques. Es importante que entiendas que este comportamiento no es un rechazo, sino una parte natural del proceso de dar a luz.

Trae algunas cosas para ti

Durante el parto, ella va a ser el centro de atención, pero puede que tú también pases una noche en el hospital. Por eso, no te olvides de llevar algunas cosas para ti. Por ejemplo, una muda de ropa limpia, zapatos cómodos y algunas cosas para comer.

Haz preguntas

Los médicos y enfermeras no siempre explican lo que están haciendo y puede resultar estresante verlos preparar un catéter intravenoso o cualquier otra intervención si no sabéis para qué sirve. Pregunta todo lo que sea necesario, tanto si es acerca de procedimientos médicos, como si son cosas que pueden hacer que la parturienta se sienta más cómoda.

Ayúdala a que obtenga lo que quiere

Es importante hablar con antelación de cómo desean que se lleve el parto. Por ejemplo, ¿ha pensado la futura mamá si quiere anestesia epidural, o si va a dar el pecho inmediatamente al recién nacido? Puede que durante el parto no esté en disposición de solicitarlo, por eso es importante que pidas tú lo que sea necesario. Es posible que tengas que insistir en que llamen al anestesista para ponerle la epidural o a su médico, si hay algo que les preocupa. Si quiere amamantar al bebé, asegúrate de que se lo entreguen nada más nacer.

Ayúdala a que se mantenga enfocada y relajada

Sugiérele técnicas para relajarse de aquellas que hayan aprendido en las clases de preparación para el parto u otras de las que hayáis hablado. Por ejemplo, sugiérele que cambie de posición o que use una nueva forma de respiración, o que se enfoque en ti, o en otra cosa, durante las contracciones. Sobre todo, ayúdala si llega al punto en el que piensa que no va a ser capaz de seguir adelante.

Conoce tus limitaciones

En la sala de partos pasan muchas cosas. Debes ser consciente de lo que quieres hacer durante este proceso y de lo que quieres dejarle a los profesionales. Por ejemplo, si te ofrecen cortar el cordón umbilical, pero no te gusta demasiado la idea, debes decirlo con claridad.

Déjale saber que estás allí para ella

Ésta es una de esas situaciones en las que estar allí es casi lo más importante. Aunque las intervenciones del parto las estén llevando a cabo profesionales, tu presencia es esencial. Intenta proyectar una sensación de calma y tranquilidad. Anímala y recuérdale que la quieres. Y sobre todo, estate pendiente de ella. Tendrás tiempo de relajarte después, cuando llegue ese esperado bebé.

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