Querida mama te escribo….

Querida mamá, sé que para vosotros, los adultos, hacer siempre las mismas cosas puede resultar aburrido, pero yo, durante algunos meses más preferiría seguir conservando mis costumbres, mi pequeña rutina diaria.
Por ejemplo, me llena de alegría y de serenidad bañarme siempre a la misma hora y que me cambies cada noche.
No me gustan los ruidos imprevistos, pero, como soy bastante curioso, creo que estaré contento si alguna persona nueva viene a verme en los próximos días. No me será fácil verle la cara, porque mis ojos aun no están completamente desarrollados, pero la conoceré oyendo su voz sintiendo su olor, notando su tacto a través de la piel, si dejáis que me coja en brazos.


En cuanto a cogerme en brazos, a esta edad no corro ningún riesgo de viciarme, (no hagas caso de mi abuela), aunque lo hagas a menudo. Quizás, entre los cinco y los seis meses, la cosa cambie…. Pero, ahora, si lloro, es porque no tengo otro modo de expresar las sensaciones de hambre, soledad o malestar que, a veces, me invaden. En esos momentos, tengo una verdadera necesidad de ser alimentado, acariciado, alegrado por un juguete de colores, distraído por alguna cancioncilla o por una nana.

Si pensabas que seria fácil, ya vez que poco a poco aprenderemos los dos, ahora que calentito que estoy y augustito mami.